FECHA DE LA RUTA
Sábado 15 de octubrede 2016
UBICACIÓN
Pisueña (Selaya).
LUGAR DE ENCUENTRO PARA COMENZAR LA RUTA
Para comenzar la ruta nos
encontraremos en la “plaza” del pueblo de Pisueña, junto a los paneles
informativos, a las 11:00. Cuidado que las indicaciones no son muy buenas, hay
que desviarse a mano izquierda al pasar Selaya, justo al pie de la Braguía.
Ubicación aquí.
DATOS DE LA RUTA
Punto de partida y llegada: Pisueña.
Distancia y horario aproximado: 7,5 kilómetros.
Se estima la hora de llegada a las 15:30-16:00.
Desnivel: 225 metros.
Dificultad: Ninguna. El camino transcurre camino muy marcado y pradera. Únicamente para acceder a alguno de los saltos de agua encontramos alguna dificultad.
Durante
la ruta podemos encontrar zonas embarradas por lo que recomendamos que se lleve
calzado apropiado y ropa de cambio.
UN POCO DE HISTORIA
La ruta que aquí se propone permite reconocer la cabecera del Pisueña, y
el modo en que se conforma, a través de la unión de varias cabeceras
torrenciales, su primer fluir. Junto al atractivo geomorfológico del
recorrido, se cuentan al menos otros dos, no menos sugerentes: uno de
índole cultural y etnográfico, ligado al ingente patrimonio construido
propio de la cultura pasiega, otro vinculado a la personalidad
paisajística del ambiente fluvial, con formaciones ribereñas muy
características de la media montaña cantábrica. Naturaleza, paisaje y
patrimonio edificado conforman sin duda una oferta interesante. Entre
los aspectos naturales no dejes de prestar atención, caminante, al
singular equilibrio forzado por el hombre, entre las praderías para uso
exclusivamente ganadero y los rodales de castaño, haya y roble, que no
son sino el mudo testigo de lo que debió ser el bosque primigenio.
El patrimonio edificado tiene en la cabaña pasiega su máximo exponente,
las que se pueden contemplar en el recorrido responden a cánones
constructivos de los siglos XVIII y XIX y a estrategias de ocupación y
uso diferentes en cada caso. En ocasiones son edificios muy sencillos de
pequeño tamaño, y en otras ocasiones cuentan con añadidos funcionales
como la solana al frente, formada por la prolongación del alero o el
retranqueo de los muros laterales o gateras, o los colgadizos adosados a
uno de esos muros laterales. Muy a menudo cuentan con estructuras
complementarias en su entorno como bodegos, cuvíos, o las curiosas
“tejadas de moscas” para guarecer los dujos de la abejas.